La mujer de Dios
Se cuida, pero no es vanidosa.
Acepta el envejecimiento con dignidad.
Ama engendrar hijos espirituales.
Su familia es quien obedece la Palabra de Dios.
Se adapta a cualquier lugar o responsabilidad por amor al Señor Jesús.
No solo se compadece de quien sufre, sino que hace algo al respecto.
Siempre quiere ser y hacer más para Dios.
No tiene miedo de los desafíos.
Su único sueño es la salvación.
La modernidad no afecta sus valores y principios.
No se cansa de hacer el bien.
Su carrera es ganar almas.
Tiene celo por la obra de Dios.
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