¿Buena o buenita?
Todos tuvimos el placer y el disgusto de conocer buena gente y gente buenita. En apariencia, se parecen entre sí, pero en esencia, tienen un carácter e intenciones completamente diferentes. Como, por ejemplo, el joven que amablemente quiere cuidar su coche, sin embargo, si no es compensado por el acto, raya la carrocería de su vehículo con un clavo. Las buenas personas son transparentes en sus motivaciones y son auténticas sin miedo a exponer lo que piensan. Tampoco complacen por agradecimiento, visibilidad o algún otro beneficio. Las buenas personas ayudan porque quieren hacer el bien que realmente vive dentro de ellas. Ahora, las personas buenitas, en el fondo, son malas, abusivas, interesadas y egoístas. Pretenden ser buenas para aprovecharse de los que son realmente buenos. Manipulan, exigen cariño, respeto, cooperación y todo lo que no son y no hacen. Y antes de saber identificar los buenos de los buenitos, echemos un vistazo a nuestras actitudes, para descubrir quiénes hemos sido en realidad todo el tiempo en nuestras relaciones. Por Núbia Siqueira
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