Un corazón endurecido no le deja oír, mucho menos entender la Palabra de Dios
Medite en este mensaje
«Pero el corazón de Faraón se endureció y no los escuchó, tal como el Señor había dicho»(Éxodo 7:13).
Un corazón endurecido no le deja escuchar y mucho menos comprender la Palabra de Dios.
A veces, la dirección que tanto necesita está debajo de sus narices, pero su corazón no quiere ver, entender y saber…
Y así, la era del autoengaño conduce a muchos lejos de Dios y, en consecuencia, de la salvación.
Por Cristiane Cardoso
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