Sujetos a la corrupción
«Porque la creación fue sometida a vanidad, no de su propia voluntad, sino por causa de aquel que la sometió, en la esperanza de que la creación misma será también liberada de la esclavitud de la corrupción a la libertad de la gloria de los hijos de Dios.» (Romanos 8:20-21)
El pecado ha sometido al hombre a todo lo que no es bueno. Lo volvió esclavo de la vanidad, orgullo, malicia, envidia, traición y violencia. Por eso el Padre Eterno ha provisto la libertad para toda la humanidad, a través del sacrificio de Su Hijo en la cruz, dándoles a todos los que creen en Él el privilegio de la salvación eterna.
Por Ester Bezerra
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