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Sonrisa en los labios y veneno en el corazón


Cualquier pecado es pecado. Grande, mediano o pequeño, no importa, es pasible de condenación eterna. Porque el salario del pecado es la muerte… Romanos 6:23

Sin embargo, hay pecados tan sutiles que la persona ni los nota. Adheridos al corazón, parecen formar parte de él; parte del carácter religioso; sonrisa en los labios y veneno en el corazón. Uno de ellos vino a Jesús y Le preguntó: Maestro, sabemos que eres amante de la verdad, y que enseñas con verdad el camino de Dios… (bla, bla, bla…) ¿Qué Te parece? ¿Es lícito dar tributo a César, o no? (pura malicia) Mateo 22:16-17 Primero, alabanza; después, veneno. Quería condenar a Jesús con Su propia respuesta. La malicia es el tipo de pecado que mata de a poquito. Mientras que la persona se nutra de mala intención, jamás tendrá la atención Divina, jamás se destrabará su vida. ¿Sirve ser fiel en los diezmos y tener malicia en el corazón? ¿No sería eso un intento de agradar a Dios y al diablo? ¿Es posible que el malintencionado sea visitado por Dios? Esa ha sido una de las mayores TRABAS en la vida de mucha gente religiosa; Ven todo con malos ojos; Ven al pastor con malicia; Ven a las ofrendas con malicia; Ven a los obreros y a las demás personas con malicia; Aquí va el consejo de Jesús: La lámpara del cuerpo es el ojo; cuando tu ojo es bueno, también todo tu cuerpo está lleno de luz; pero cuando tu ojo es maligno, también tu cuerpo está en tinieblas. Lucas 11:34 Extraído del blog del obispo Edir Macedo

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