Serie: ¿Cómo atraer al Espíritu Santo? (parte 1)
Para alcanzar algo material, la persona coloca todas las fuerzas, para conquistar una casa, una empresa, el auto de sus sueños o inclusive a una persona; se dedica, duerme y despierta pensando en aquello, hasta conseguirlo.
Si esta es la actitud ante algo físico, ¡imagínese cuál tendría que ser la actitud para conquistar algo eterno! La salvación del alma es alcanzada por aquellos que son consientes que no existe algo de mayor importancia en su vida que tener su nombre escrito en el Libro de la Vida.
Si usted desea con todas sus fuerzas recibir el Espíritu Santo, en esta serie de cinco capítulos usted aprenderá como llamar la atención de Él para que en breve usted pueda ser el Templo de Espíritu Santo.
¡Entonces, comencemos!
Ve a continuación cuáles son los primeros 7 consejos para atraer al Espíritu Santo:
1. Habla con Él con frecuencia
Así como una abeja es atraída por el perfume de una flor, para atraer al Espíritu Santo es necesario hablar con Él con frecuencia. Entonces, mantente en Espíritu de oración y siempre que sea posible, habla con Dios, aunque sea en el pensamiento. «Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿Cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que le piden?» (Mateo 7:11)
2. Lee la Biblia
Desarrolla el hábito de leer la Biblia diariamente. Lee aunque sea un solo versículo, y medita en él. Cuando el Espíritu Santo vea en ti el deseo de conocer Su voluntad, por medio de las Santas Escrituras, Él te la revelará. «Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que cualquier espada de dos filos; penetra hasta la división del alma y del espíritu, de las coyunturas y los tuétanos, y es poderosa para discernir los pensamientos y las intenciones del corazón.» (Hebreos 4:12).
3. No seas vengativo, perdona.
Si alguien te decepcionó, te hirió o perjudicó, perdona. Si te enfureciste o tuviste un problema con esa persona, resuélvelo lo más rápido posible, no lo dejes para después. No des tiempo para que el resentimiento se instale en tu corazón. Sigue el consejo del apóstol Pablo: «Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo» (Efesios 4:26).
4. No murmures
No estés murmurando, lamentándote, culpándote o culpando a terceros. Murmurar debilita tu fe y fortalece la duda. «Haced todas las cosas sin murmuraciones ni discusiones, para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin tacha en medio de una generación torcida y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo» (Filipenses 2:14-15).
5. Perdónate
Algunas personas no tienen mucha dificultad para perdonar a los demás, pero cuando se trata de perdonarse a sí mismas, ellas no lo consiguen. Se la pasan dándole vueltas a la culpa en su interior. No te destruyas, ya que quien no se perdona, se condena. «Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonarnos los pecados y para limpiarnos de toda maldad» (1 Juan 1:9).
6. Bautízate en las aguas
El bautismo en las aguas es la única actitud capaz de librarnos del pasado. Usted no tiene manera de cambiar su pasado, nadie puede. Pero, cuando nos bautizamos en las aguas, sepultamos nuestro pasado y empezamos a vivir una nueva vida. «Por tanto, hemos sido sepultados con Él por medio del bautismo para muerte, a fin de que como Cristo resucitó de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en novedad de vida.» (Romanos 6:4).
7. Apártate de personas malas
Apártate de personas que no quieren tener un compromiso con Dios, que se burlan de la fe, dudan de la Palabra y de la existencia de Dios. El propio Señor Jesús afirmó que no todos son hijos de Dios, que existen los hijos de la luz y los hijos de las tinieblas, y es la propia persona la que elige ser o no hijo de Dios. Entonces, si la persona no se quiere apartar del mal, apártate de ella. De lo contrario, te inducirá al pecado. «No estéis unidos en yugo desigual con los incrédulos, pues ¿Qué asociación tienen la justicia y la iniquidad? ¿O qué comunión la luz con las tinieblas?» (2 Corintios 6:14).
Mañana continuamos con la parte 2 de esta serie...
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