Quien se casa quiere casa
Quien se casa quiere casa y, para tener una casa, tenemos que saber cuidar de una. Por eso antes de casarme aprendí con mi madre:
Limpieza general (más detallada) 1 vez por semana
Limpieza diaria de las habitaciones más usadas como la cocina, cuarto y baños
Cambiar el juego de sábanas 1 vez por semana
Cambiar el juego de toallas de baño 2 veces por semana
Lavar la ropa 2 o 3 veces por semana
Planchar la ropa lavada 2 veces por semana
Preparar el almuerzo y dejarlo para la comida
Mantener la casa ordenada diariamente, comenzando por la cama en la mañana
Cuidar las plantas
No acumular trastes
Para quien trabaja fuera de casa, el tiempo es más limitado. Por lo tanto, necesita elegir bien las reuniones de la iglesia a las que no puede faltar, para que los demás días se enfoque en la casa. Hay que tomar decisiones como no gastar el tiempo en redes sociales y aprovechar cada minuto de su noche y de las horas en casa. Divida las tareas antes de salir de casa por la mañana, y después de llegar del trabajo, por la tarde. Lo importante es siempre dejar todo lo que se pueda en orden, ya que cuanto más tarde en hacer esas cosas, más tendrá qué hacer… y si su marido puede ayudarle, ¡mucho mejor! Una buena ama de casa tiene que aprender a ser práctica y rápida, si no ella solo va a hacer eso en su vida… Nuestra casa es solo una parte de nuestra vida y no debe tomar todo nuestro tiempo. A cada ama de casa le corresponde adaptar una rutina para sí misma. Un consejo que funciona siempre: evite ver la televisión y quedarse conversando, para que su tiempo rinda mejor. Por Cristiane Cardoso
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