¿Qué hacer para evitar los malos ojos?
La malicia es un tipo de pecado que consume al ser humano poco a poco. Pero es capaz de dominarlo por completo, haciendo de él una persona amargada y de corazón sucio.
¿Qué son los malos ojos?
Es como tener una dosis pequeña de veneno todos los días, que no te mata de inmediato, pero te hace daño y con el tiempo te lleva a la muerte espiritual.
Así, mientras la persona nutre esa mala intención, aliada con la envidia, orgullo y celos, todas tus acciones delante de Dios son anuladas.
¿Qué hacer?
El Señor Jesús, en Su Palabra, dejó la advertencia de siempre mantener los buenos ojos. Pero, para hacer eso en la práctica del día a día, es necesario evitar el lado malo y negativo de las personas.
«Nadie, cuando enciende una lámpara, la pone en un sótano ni debajo de un almud, sino sobre el candelero, para que los que entren vean la luz. La lámpara de tu cuerpo es tu ojo; cuando tu ojo está sano, también todo tu cuerpo está lleno de luz; pero cuando está malo, también tu cuerpo está lleno de oscuridad. Mira, pues, que la luz que en ti hay no sea oscuridad. Así que, si todo tu cuerpo está lleno de luz, sin tener parte alguna en tinieblas, estará totalmente iluminado como cuando la lámpara te alumbra con sus rayos.» (Lucas 11:35-36).
De esa forma, el obispo resaltó que no sirve de nada mantener tradiciones religiosas si tus ojos están contaminados. Decide si tus ojos van a ser para la luz y el bien o para las tinieblas y el mal. Mira las personas y las circunstancias, aunque sean adversas, con buenos ojos, enfocándote siempre en el lado bueno de todo.
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