¿Por qué los días malos son más importantes que los días buenos?
A nadie le gusta imaginarse una mala situación. El «día malo», según la Biblia, puede dudar algunas horas o incluso años. Sin embargo, el problema principal es que una mala reacción en un momento como ese puede traerte consecuencias irreversibles para el resto de tu vida.
El cuadro general de los «días malos y buenos»
En los «días buenos», todo lo que necesitas es navegar sobre las aguas tranquilas, seguir el curso del viento, de la brisa, del mar tranquilo. Estás disfrutando de trabajos de años anteriores. Ese día, tienes poco por hacer (excepto alegrarte y celebrar). Pero, en los «días malos», tienes que poner mucha atención, porque lo que hagas podrá perpetuarlo y terminar con la mayoría de tus «días buenos». Entonces, lo que haces en el «día malo» es muy importante. Y, por eso, esos días son más importantes que los «días buenos».
Cabe señalar que el «día malo» no es solo un mal día, es un momento decisivo, es un acontecimiento que sacude tu vida. Ante esta situación, algunas personas incluso pueden pensar en desistir de la fe, de un proyecto o incluso de su propia existencia. Son sentimientos extremadamente negativos.
¿Qué hacer?
En esta situación, necesitas mantenerte conectado con Dios para que puedas escuchar cuál es Su orientación para tu vida. En ese día, tienes que estar por encima de lo que sientes de malo. Así que, cuidado, lo que necesitas hacer en el «día malo» es poner tus rodillas en el suelo, tu rostro en el polvo, pedirle a Dios las fuerzas y dirección para que hagas lo que precisas hacer.
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