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Mientras no se resuelva eso, no se tendrá paz


«Considera al íntegro y mira al justo; que la posteridad de ese hombre es paz» (Salmos 37:37).

No es nada fácil ser sincero porque primero uno tiene que ser sincero consigo mismo. Ser sincero como los demás hasta es fácil. Al final, decir lo que piensa, no dejar nada para otro día y señalar el error ajeno, a veces, llegan a camuflar al propio corazón, como si la paja en el ojo de los demás fuera a esconder la viga en el suyo.

La verdad es que esconderse por detrás de los errores de los demás es ser PEOR que ellos. No solo en el sentido del engaño, sino también en las justificaciones que se da para ser quien es y hacer lo que hace. Mientras no se resuelva eso, no se tendrá paz. Por Cristiane Cardoso

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