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La responsabilidad del que recibe al Espíritu Santo


Una de las señales de que alguien Lo recibió es la pasión por las almas, la sed de llevarle a la mayor cantidad de personas posible lo que Dios le dio. “Dios quiere que todos lo reciban, por eso, su responsabilidad no es llevarles a las personas religiosidad u obligaciones, sino la Palabra del Reino de Dios, el nombre del Señor Jesús para salvarlas”, explica el obispo Edir Macedo. A fin de cuentas, fue exactamente eso lo que el Señor Jesús hizo después de recibir al Espíritu de Dios:

Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñando en las sinagogas de ellos, y predicando el Evangelio del Reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor.” Mateo 9:35-36

Por este motivo, le corresponde a cada uno de los que fueron verdaderamente bautizados ir a buscar las almas que se encuentran perdidas, hacer lo posible y lo imposible para llevar personas a una reunión, para darles un diario de la Universal, un libro de fe o para enviarles links del blog de la iglesia, cualquier cosa que la despierte para que sea salva.

Frialdad espiritual

Muchas personas, que incluso recibieron al Espíritu Santo, por no dar lo que recibieron, por no darle importancia a la Salvación del prójimo, están frías, ciegas o muertas espiritualmente.

“Él viene para darnos condiciones de vencer al diablo, al mundo y a nosotros mismos, a fin de que seamos útiles en la causa de nuestro Señor. Cuando tenemos al Espíritu Santo, nos volvemos una fuente, la propia bendición, que rebosa y les trasmite a los que están afligidos y cansados lo que recibimos. Por lo tanto, si usted un día fue bautizado, pero se enfrió, es porque dejó de dar lo que había recibido”, alerta el obispo.

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