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La preciosa sangre de Cristo


«Sabiendo que no fuisteis redimidos de vuestra vana manera de vivir heredada de vuestros padres con cosas perecederas como oro o plata, sino con sangre preciosa, como de un cordero sin tacha y sin mancha, la sangre de Cristo. Porque Él estaba preparado desde antes de la fundación del mundo, pero se ha manifestado en estos últimos tiempos por amor a vosotros» (1 Pedro 1:18-20). Nuestra alma fue comprada a un precio muy alto, con la sangre pura y perfecta del Señor Jesús. No seremos salvos por seguir las leyes o por las tradiciones religiosas, sino por la fe en Aquel que pagó con la muerte en la cruz y resucitó, dando vida a los que creen en Él y le sirven día y noche. Por Ester Bezerra

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