La mezcla
Para que la Palabra dé frutos, necesita ser recibida con fe. No tiene sentido aceptarla de buena gana, si no se hace nada con respecto a lo que ella ordena. Así como no sirve de nada escuchar la Palabra, si se deja que las propias opiniones, conceptos y preconceptos prevalezcan en lo más profundo de su ser.
Aquellos que no mezclan la fe con el mensaje recibido no aprovechan el tesoro que disfrutan.
«Porque en verdad, a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva, como también a ellos; pero la palabra que ellos oyeron no les aprovechó por no ir acompañada por la fe en los que la oyeron.» (Hebreos 4:2).
Por Núbia Siqueira
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