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Eres la música que escuchas


Normalmente las personas escuchan canciones de acuerdo a su estado de ánimo, tanto es así que hay programas de radio para los enamorados, o compilados de canciones para despechados, etc. Así también uno puede encontrar en distintas plataformas en internet listas de reproducción tituladas «música para hundirte en depresión», «música suicida», entre otras. No es difícil entender por qué hay ciertas canciones que entran en estas categorías, pues al analizar las letras, muchas veces expresan situaciones con las que las personas se pueden identificar, como «sola en mi cuarto y no paro de llorar», «sería mejor estar muerto», «ya lo sabía, nadie me va a querer», «no valgo nada», «tengo roto el corazón». Todas estas frases al estar escritas en primera persona, son más fáciles de asimilar para que, aquellos que las escuchan, empiecen a interiorizarlas como si fueran escritas describiendo sus propias vivencias, haciéndolas llorar, alimentando recuerdos y sentimientos. Paradójicamente, hay estudios que revelan que este tipo de música ayuda a relajar a las personas, aunque en realidad enmascaran los síntomas de la depresión y la ansiedad, pues al escuchar música, la persona queda inmersa en ese ambiente y proyecta ahí su realidad, haciendo que de una u otra manera sea un «desahogo». Pero si se analiza un poco más, aquella persona con depresión, está alimentando de manera sutil los pensamientos de suicidio, baja autoestima, tristeza, etc. Por lo que termina siendo más perjudicial que lo que aparentemente es benéfica.

Una publicación del portal académico JSTOR afirma que, «académicos han observado durante mucho tiempo que la música tiene un efecto poderoso en el cuerpo y en el cerebro. Ya desde los antiguos griegos se usaba la música para tratar enfermedades e influir en el temperamento. En 1958, la doctora en medicina, Agnes Savil advirtió que, “la música produce estados de ánimo depresivos, desconcierto, incluso miedo; esto puede ser estudiado de forma segura por músicos y críticos desde una perspectiva intelectual, pero debe ser evitada por los oyentes tensos y ansiosos.” Parece obvio que la música triste haga que los oyentes se sientan mal y, sin embargo, muchos no pueden dejar de escucharla».

Ahora ya lo sabes, cuida qué música has estado oyendo. Y si estás pasando por un momento difícil, lo mejor es que evites escuchar canciones con este tipo de temáticas.

Si tienes depresión y/o te identificaste con lo descrito arriba, te invitamos a participar en Universal más cercana a tu domicilio, además te recomendamos consumir el contenido e fe brindado las 24 horas del día a través de la App Red Aleluya Bolivia o sintonizarnos por la Radio Cañoto 98.2 FM para la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, te aseguramos que con lo que oigas allí encontrarás alivio para tu alma y una luz en el final del túnel. (*) La asistencia espiritual no sustituye los cuidados médicos. Será el tipo de trastorno, su origen y el modo de ser de la persona los que configurarán la manera de orientar, en cada caso.

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