¿En dónde está su confianza?
Maldito el hombre que confía en el hombre, aunque, este hombre sea él mismo. ¿Sabe por qué no podemos confiar ni en nosotros mismos?
Nuestros sentimientos y emociones nos traicionan. Nuestra propia fuerza ante el pecado no es nada. Y nuestra autosuficiencia nos lleva a la infidelidad y a la ruina.
Por Núbia Siqueira
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