El que al viento mira, nunca sembrará...
“El que al viento mira, nunca sembrará; y el que mira a las nubes, nunca segará”. Eclesiastés 11:4
Debido a eso, el profeta Asaf casi perdió su condición de siervo de Dios. Él VIO Y ENVIDIÓ la prosperidad de los impíos.
“En cuanto a mí, mis pies estuvieron a punto de tropezar, casi resbalaron mis pasos. Porque tuve envidia de los arrogantes, al ver la prosperidad de los impíos”.
Salmos 73:2-3
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