El peligro de perseguir los placeres
El placer es algo pasajero, al igual que el azúcar. Siente placer en el instante con ese sabor dulce en la boca, pero pronto desaparece y necesita consumir más azúcar para sentir el mismo placer nuevamente. De la misma manera que el azúcar y las drogas son adictivas, así es el placer.
Entre más persigue el placer, más lo quiere y más insatisfecho se siente.
La Biblia dice que este comportamiento les pertenece a los necios, después de todo, los resultados son tan temporales y tan desastrosos que solo aquellos que viven según lo que sienten actúan de esta manera.
«El necio no se deleita en la prudencia, sino solo en revelar su corazón.» (Proverbios 18:2)
Por Cristiane Cardoso
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