El compañerismo puede mejorar su matrimonio
Hay una gran diferencia entre lo que muchos hombres piensan que significa estar casado y lo que realmente es en la práctica. Por ejemplo, si hacemos una investigación rápida sobre lo que cada hombre quiere para su familia, seguramente, la mayoría diría que no quiere que les falte nada a su esposa y a sus hijos y que hará de todo para mantenerlos lejos de las dificultades. Al menos, ese es el pensamiento del hombre que busca actuar correctamente. Una gran parte de ellos son trabajadores, asumen el papel del que provee a su casa con el sudor de su trabajo y también buscan dividir las tareas de la casa, porque saben que, de esta manera, se vuelve más fácil soportar la rutina de la familia. Aun así, muchos escucharon a sus esposas decirles que ni siempre sus acciones son suficientes para agradarlas. Muchas, incluso, pueden enumerar sus cualidades: “Él es honesto, no fuma, no bebe, está comprometido con la familia, busca pagar las cuentas al día, pero…”, cuando entra el “pero…” en la jugada, significa que la situación cambia de figura, porque es en las reticencias que las mujeres suelen señalar uno de los errores más comunes de todos los hombres: la falta de compañerismo. Ese punto es muy importante, pero muchos hombres no lo entienden, a fin de cuentas, piensan que ya hacen todo lo que pueden para que la pareja sea feliz. Hay hombres que piensan en cambiar eso, pero, en el fondo, no separan un momento para reflexionar sobre lo que deben hacer y, principalmente, sobre cómo deben proceder para cambiar esa conducta que tanto molesta a sus esposas. El primer paso es sencillo: hable con ella. No permita que la relación entre ustedes se vuelva un eterno monólogo o un diálogo en el que usted solo responde cada pregunta con un: “Ajá” para mostrarse mínimamente interesado. Así, su relación no funcionará. Es necesario un esfuerzo más grande y real, en el que usted se comprometa a participar, al fin y al cabo, la relación es un intercambio y, tal vez, usted no esté contribuyendo lo suficiente como debería. Las mujeres quieren sentir que pueden contar con el hombre en todos los momentos de la vida y en todo lo que sea necesario. Que él se disponga a estar realmente presente, hace toda la diferencia. Acciones sencillas, como llamar para preguntar si quiere que le lleve algo del supermercado o solo para saber si está bien, son eficaces. Es bueno aclarar que acciones como estas no deben basarse en celos infundados, sino en el amor y en la confianza. El que llama a su esposa todo el tiempo para saber si necesita algo o sin siquiera tener algo que decir, en realidad, puede tener un serio problema de inseguridad y debe cambiar su actitud para que pueda haber una verdadera complicidad. Recuerde que el compañerismo es fundamental en cualquier relación. Cuando usted es compañero y cariñoso con su esposa, ella se siente bien, querida, amada y especial. No necesita llevarle flores todos los días, pero cambiar la forma en que la trata ya hará una gran diferencia. No se olvide de que esa relación debe consagrarse a Dios para que el Espíritu Santo sea la base y la bendición de esa unión. En las charlas de la Terapia del Amor, que se realizan todos los jueves, la Universal busca concientizar tanto a los casados como a los solteros, sobre la importancia de curar el alma, de invertir en uno mismo y de actuar de acuerdo con la razón.
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