Domingo 25 de junio: ¡lucha por la plenitud en tu hogar!
Cuando se trata de la familia, estamos hablando de una necesidad que todo ser humano tiene. Él fue creado para comunicarse, para convivir con los suyos. Es más, el ser humano es el único que tiene el poder para comunicarse con palabras, de verbalizar lo que piensa y siente. Precisamente porque el plan de Dios es que vivamos en familia. Cada vez es más raro encontrar una familia feliz, que viva en armonía. Muchas veces esto se debe al hecho de no saber cómo enfrentar los problemas que se suscitan dentro de cada núcleo. Expertos enumeran que los más comunes son las peleas entre padres o hermanos, rebeldía de los hijos, desacuerdos en las opiniones, dificultades económicas, divorcio, adicciones, pérdida de empleo, enfermedades, pérdida de seres queridos, violencia, etc. Pero, por difícil que parezca creer, mucha gente piensa que es normal vivir tales situaciones. De hecho, los problemas comienzan en el mundo espiritual. Solo que la mayoría no lo ve así. Una persona cree que simplemente el hijo o la pareja son problemáticos. No obstante, los problemas mencionados anteriormente en realidad revelan que una familia no es plena; es decir, lo que le falta a ese hogar es la presencia de Dios para que sea un pedazo de cielo. ¡Bendición para las familias! Posiblemente esa es tu realidad, no puedes estar en paz con tus seres queridos porque, cuando se juntan, empiezan a pelear por dinero, deudas y/o, infidelidades. O bien, puede que un ser familiar se encuentra atrapado por los vicios, su carácter agresivo o un mal que afecta su salud… En fin, sea cual sea la situación, si tu familia se está desmoronando (o tal vez llegaron al límite de separarse), no desistas de los que amas. Este domingo 25 de junio te esperamos en la Reunión del Espíritu Santo, donde se llevará a cabo un clamor a favor de todos los núcleos familiares. Y, por tu fe, determina la reconstrucción y plenitud en tu hogar. Te esperamos especialmente a las 09:30 a. m. en el Templo de la Fe: Av. Cañoto #259, en el primer anillo. O en la Universal más cercana.
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