Dios y yo: luchando sin mi pareja por la relación
Muchos están viviendo una crisis en su vida de pareja porque solamente una de las partes se ha empeñado y luchado para hacer que esa relación funcione. Consecuentemente, el otro se siente frustrado y sin valor, lo cual solo empeora la situación.
Durante la relación, es común que uno haga más que el otro. Normalmente, uno siempre tiene más habilidades para comunicarse y resolver problemas buscando soluciones que el otro. Sin embargo, ese no es motivo para que la otra persona se conforme y deje que su pareja resuelva todo. De acuerdo con el obispo Renato Cardoso, las parejas que suelen tener un compañero que es más activo y el otro más pasivo; sin embargo, el conformismo y la demora en decidir o actuar frustran a quien es proactivo. La actividad constante del compañero proactivo y su postura insistente en todo pueden hacer que el pasivo se sienta dominado y anulado. «El pasivo se la pasa esperando al otro para tomar la iniciativa y, muchas veces, se siente frustrado porque el otro lo pasó por alto», destacó. Por otro lado, el proactivo se siente solo en la relación, abandonado por el compañero pasivo, que no se une a él en los objetivos y en la lucha contra los problemas. Escuchar y ser escuchado Por eso, es necesario entender que debe haber un equilibro entre los dos. «Las parejas inteligentes procuran tener una dosis equilibrada de proactividad. Ambos apoyándose mutuamente en las iniciativas saludables, en el momento correcto y de manera respetuosa». De acuerdo con el obispo, la pasividad no beneficia a ninguna relación. Por lo tanto, procura mantener un diálogo más cercano con tu pareja y ve en qué pueden mejorar tanto tu cónyuge como tú. No todas las personas pueden expresarse con claridad. Por eso, escucha y no interrumpas al otro. Procura entender el punto de vista de tu compañero, aunque no estés de acuerdo con él. Repite de nuevo lo que entendiste para mostrar que de verdad lo comprendiste. Solo así también tendrás condiciones para hablar con coherencia cuando sea tu turno y, de esa manera, también tengas el derecho de ser escuchado. Dios y yo: aprendiendo en la Terapia del Amor Quizá en estos momentos piensas que tu panorama no tiene mucha relación con lo anterior, o tal vez ya has intentado de todo para sacar adelante tu relación, pero no has tenido éxito y solo te preguntas:
¿Qué hago si el otro no quiere cambiar las cosas?
¿Cómo debo actuar para influenciar para que el otro cambie?
Yo hago de todo para complacerlo(a), pero él/ella no valora mi esfuerzo. ¿Y ahora?
Si quieres descubrir cómo es que Dios puede ser la clave para darle un giro total a tu vida amorosa, te esperamos este jueves 29 de septiembre en la reunión de la Terapia del Amor. El encuentro se lleva a cabo tanto para casados y solteros.
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