Cuando la persona es llamada
«Heme aquí» no significa «esperaré a que un día tenga el llamado».
«Heme aquí» no se refiere a elegir cómo, cuándo y dónde servir a Dios.
«Heme aquí» no depende de un título, posición, cargo, responsabilidad, NI DEL PROPIO LLAMADO.
A partir del momento en que una persona es bautizada con el Espíritu Santo, ella es llamada por Dios.
Vea lo que el Señor Jesús dijo al respecto:
«Pero recibirán poder cuando el Espíritu Santo venga sobre ustedes; y serán Mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra.» (Hechos 1:8).
Ese es el verdadero «heme aquí»: ser testigo del Señor Jesús en todos los lugares. Así, usted no espera por nadie para servirlo.
Y si Él quiere, Él le llamará para que le sirva de tiempo completo. ¡Y cuando Dios quiere, nadie, ABSOLUTAMENTE NADIE, puede impedirlo!
Por Cristiane Cardoso
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