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Amarse es limpiar su interior


El amor propio comienza en la limpieza interior. No puede crecer o mejorar como persona si tiene un corazón sucio, cargado de malos recuerdos e ideas equivocadas.

Nadie guarda basura, por razones obvias, pues, además de la suciedad y mal olor, también guarda bacterias dañinas para la salud. No obstante, esa es una de las cosas que el ser humano más hace en su corazón: guardar basura.


La basura del corazón es representada por el rencor, traumas, complejos, miedo, ira, entre otros. La conclusión es simple: si usted pasó por algo malo en su vida, no necesita cargar con ese peso.


Tal vez está guardando un rencor porque piensa que, si perdona a quien lo lastimó, lo estará librando del error que esa persona cometió, cuando en realidad, usted no puede librar a nadie de su propio error. Todo lo que sembramos en la vida lo vamos a cosechar, tarde o temprano. Por lo tanto, el rencor solo le puede afectar: es usted quien se acuerda todo el tiempo de lo que sucedió, para guardarlo. Y es usted quien tiene que sentir esa tristeza e ira al recordar lo ocurrido.


Librándose de ese rencor, usted también será libre de lo que la lastimó. Lo mismo se aplica a todas las demás cosas malas que guarda en su corazón. Límpiese de ellas. Déjelas en la basura. Usted no es el basurero de nadie.

¿Qué tal comenzar perdonando a quien le ofendió?

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