Amarse es…
No es necesario cargar con ese peso toda la vida
El amor propio comienza con la limpieza interior. No se puede crecer o mejorar como persona si uno tiene el corazón sucio, lleno de malos recuerdos e ideas equivocadas.
Nadie guarda la basura —por razones obvias— pues, además de la suciedad y el mal olor, también contiene bacterias que perjudican la salud. No obstante, esa es una de las cosas que el ser humano más hace en su corazón: guardar basura.
La basura en el corazón es representada por rencores, traumas, complejos, miedo, ira, entre otros. La conclusión es muy simple: no porque pasó por algo malo en su vida necesita cargar con eso el resto de ella.
Tal vez usted guarde un rencor porque piensa que, si perdona a quien le lastimó, está librándolo del error que cometió, cuando, en realidad, usted no tiene el poder de librar a nadie de su propio error. Todo lo que sembramos en la vida lo vamos a cosechar, tarde o temprano. Por lo tanto, el rencor solo le afecta a usted: es usted quien, cada vez, tiene que acordarse de lo que sucedió, para guardarlo.
Es usted quien tiene que sentir la tristeza y la rabia al recordar lo ocurrido.
Librándose de ese rencor, también estará libre de aquello que le lastimó.
Lo mismo aplica para todas las otras cosas malas que guarda en su corazón. Límpiese de ellas. Tírelas a la basura. Usted no es el basurero de nadie.
Por Cristiane Cardoso
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