Lo notemos o no, las cosas y las personas cambian, ya sea con el paso del tiempo o abruptamente. Si bien, algunos son para el bien, otros generan preocupación. Algunos llegan al grado de tenerle fobia a lo nuevo, pues se trata de algo grande, como un cambio de trabajo, conocer personas, vivir en otro lugar, etc.

Los cambios eventuales no provocan impacto, de hecho son tan imperceptibles que si nos comparamos con quienes éramos hace 5 o 10 años, con seguridad, veremos que no somos los mismos.

El problema es cuando tenemos que enfrentar cosas nuevas cuando estábamos acostumbrados a algo o esa mudanza llega de «golpe». Es más difícil porque no tenemos control sobre lo nuevo, lo desconocemos completamente. Y lo es aun más si ese cambio implica tener una gran responsabilidad.

Del miedo al reto en cada cambio

Expertos afirman que la actitud de cada uno ante lo nuevo varía. Shulamit Graber, psicóloga, refiere que nuestra visión depende de nuestra autoestima. Si te sientes seguro y capaz, para ti el cambio es un reto, algo positivo. El problema está cuando te consideras o te sientes incapaz. Ahí es cuando lo nuevo te molesta y asusta.

Para la experta, esta visión depende mucho de lo que se aprendió en el pasado. Si este fue doloroso y lleno de traumas, no verás los cambios como algo bueno. Sin embargo, es posible darle un giro a eso.

Algunos consejos de los especialistas para enfrentar el miedo al cambio son:

• Modifica las ideas que alimentan ese miedo

• Si no pierdes este miedo a la primera, no olvides que es un proceso que requiere tiempo

• Trabaja en elevar tu autoestima

• Fortalece tu valentía

• Recuerda que lo nuevo es para bien

Y, de acuerdo con el obispo Edir Macedo, la verdadera clave para dejar atrás los miedos es trabajar en la parte espiritual. Necesitas vaciarte de esos temores en tu corazón para recibir el Espíritu Santo, pues estar lleno de Él significa estar vacío de miedo.