Éfeso (Parte 1)
Escribe al ángel de la iglesia en Éfeso: El que tiene las siete estrellas en Su mano derecha, El que anda entre los siete candelabros de oro, dice esto:
«Yo conozco tus obras, tu fatiga y tu perseverancia, y que no puedes soportar a los malos, y has puesto a prueba a los que se dicen ser apóstoles y no lo son, y los has hallado mentirosos. Tienes perseverancia, y has sufrido por Mi nombre y no has desmayado. Pero tengo esto contra ti: que has dejado tu primer amor. Recuerda, por tanto, de dónde has caído y arrepiéntete, y haz las obras que hiciste al principio; si no, vendré a ti y quitaré tu candelabro de su lugar, si no te arrepientes. Sin embargo, tienes esto: que aborreces las obras de los nicolaítas, las cuales Yo también aborrezco. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al vencedor le daré a comer del árbol de la vida, que está en el paraíso de Dios.» (Apocalipsis 2:1-7).
Los líderes del pueblo de Dios tienen responsabilidad delante de Él por el pueblo que lideran. Son los representantes del Señor Jesús, y el pueblo, por su parte, también representa a Dios para ellos. Como el pastor trata al pueblo, así trata a Dios. Y el pueblo trata al pastor de la misma forma como trata a Dios.
La familia del pastor es la prueba más evidente de que es o no un hombre de Dios. Los cristianos deben observar en sus líderes mucho más que los dones del Espíritu Santo; deben observar los frutos de su testimonio, pues, hacia donde los líderes van, probablemente sus ovejas irán también.
El líder de la iglesia de Éfeso, por ejemplo, fue elogiado por sus obras, trabajo, perseverancia, resistencia a los malos, por exponer a los falsos y soportar pruebas a causa del Nombre del Señor Jesús. Pero fue reprendido por haber abandonado el primer amor.
La iglesia de Éfeso manifestaba un trabajo cuantitativo, y no cualitativo. La cantidad de servicio presentada por su responsable no tenía calidad porque le faltaba el primer amor.
Por más intensas que sean las tareas en la iglesia, no significan necesariamente una intimidad con Dios. Los innumerables compromisos que el pastor o el miembro de la iglesia va asumiendo pueden terminar perjudicando su relación personal con el Señor Jesús.
Continuará…
Libro: La Tierra va a Prenderse Fuego
Autor: Obispo Renato Cardoso
Comments